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Biografía

Nací en Madrid el 8 de enero de 1937 de padres gallegos.

Mi padre ejercía la profesión de abogado junto con el eminente filósofo del Derecho Don Luis Recasens Sitches, al que conoció durante sus estudios de Derecho en la ciudad de Santiago de Compostela. Una vez obtenida la cátedra en Madrid decidieron fundar un despacho, lo que motivó el traslado de la familia a esta ciudad.

El advenimiento de la guerra civil impidió abandonar la capital hasta el final de la contienda, momento en el que mis padres retornaron a su pueblo natal, Ordenes, donde transcurrió mi infancia y gran parte de mi juventud.

A pesar de su delicado estado de salud, mi padre continuó ejerciendo la profesión hasta su fallecimiento en el año 1945.

Estudié el Bachillerato en una academia privada de Ordenes, examinándome en el Instituto Masculino de la Coruña.

A  los dieciséis años de edad comencé mis estudios de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela, donde obtuve el Premio Extraordinario de la Licenciatura.

El primer trabajo de investigación lo realicé durante un año académico bajo la dirección del profesor  Don José Lois Estévez versando sobre la aplicación de la teoría lógica matemática al Derecho. Con motivo del fallecimiento de este ilustre personaje escribí un artículo que se encuentra en el apartado correspondiente de esta página web.

Por concurso de méritos obtuve una beca de investigación y docencia que realicé durante tres años en la universidad mencionada bajo la dirección de eminentes profesores que marcaron profundamente mi trayectoria vital.

Con posterioridad obtuve por oposición la plaza de Registrador de la Propiedad y Mercantil, que ejercí prácticamente siempre en Galicia, jubilándome finalmente en Ferrol.

Los años de preparación y varios posteriores transcurrieron en Betanzos y  Coruña.

En la actualidad resido en Perbes, Miño, A Coruña, donde desarrollo mis principales trabajos de investigación jurídica y cultural.

 

 

 

Formación académica

-          Licenciado en Derecho, con Premio Extraordinario por la Universidad de Santiago de Compostela. Junio 1958.

 

-          Obtención de una Beca, por concurso de méritos, en la Universidad de Santiago de Compostela para investigación y actividad docente durante un período de tres años, durante los cuales publiqué varios trabajos.

 

-          Ayudante de Cátedra de Derecho Romano, del profesor D. Álvaro D’Ors, durante 3 cursos académicos.

 

-          Realización de una obra de investigación sobre Filosofía del Derecho, bajo la dirección del profesor D. José Lois Estévez, durante un curso académico.

 

-          Ayudante de Cátedra de Derecho Mercantil, del profesor D. Aurelio Menéndez Menéndez, durante un curso académico.

 

-          Obtención, por oposición, del título de Registrador de la Propiedad y Mercantil, durante 39 años, puesto desempeñado en Ribadeo, Vivero, Carballo y, finalmente, en Ferrol, junto al desempeño de la titularidad de la oficina liquidadora de los Impuestos de Transmisiones Patrimoniales, Actos Jurídicos Documentados y Operaciones Societarias, así como los Impuestos de Sucesiones y Transmisiones. Asimismo, durante el transcurso de mi actividad profesional, y todavía en la actualidad, preparo opositores para notarías y registros. Realización de numerosos cursos, patrocinados por el Colegio Nacional de Registradores de la Propiedad, tanto en materias impositivas (IVA…) como propiamente registrales (reformas hipotecarias…).

 


Cargos y nombramientos

 

          

 

Asesor externo del bufete Concheiro y Seoane Abogados, la Coruña.

 

Vicepresidente de la Corte de Arbitraje de Ferrolterra, Eume y Ortegal.

 

Vicepresidente de la Sociedad Artística Ferrolana.

 

Director de la “Revista Ferrol Cultural Siglo XXI”.

 

Caballero de la Orden del Camino de Santiago.

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Artículo dedicado al fallecido profesor Don José Lois Estévez, quien me inculcó el amor por la labor investigadora inspirada esencialmente el los principios de la Verdad  y la Justicia

CORREO GALLEGO

 

Retazos de un gran maestro, Don José Lois Estevez.

 

14.06.2009 

JAIME CONCHEIRO DEL RÍO

Al igual que los grandes filósofos de la antigua Grecia, como Aristóteles o Platón, podríamos definir al genial Profesor Lois Estévez diciendo que era un hombre que amaba la verdad. En uno de sus artículos publicados en este periódico (recopilados bajo el título de "Hablando de verdad y de Derecho") escribía que no es posible llegar a la verdad sin el empleo de la lógica, añadiendo que "Habremos de reconocer que la primera exigencia del Derecho tiene que ser un absoluto respeto a la lógica, ya que sin él no cabe verdad; y donde la verdad no exista, ningún Derecho será posible".

Su último libro ("Metodología General y del Derecho"), como afirma en su prólogo, no es ni mucho menos un libro fácil. Se trata de una obra del más alto nivel, que exige un análisis detenido, para lograr asimilar y comprender sus profundos razonamientos. Podremos estar o no de acuerdo con determinadas afirmaciones. Pero no encontraremos en ella resquicio alguno que nos permita lograr desmontar la coherencia y el alto rigor científico que impregna la totalidad de las tesis contenidas en la misma.

Toda ciencia se orienta indefectiblemente hacia la verdad, y el Derecho debe surgir como las proposiciones científicas, o siendo consecuencia deducible de sus propias opciones, o con estricto respecto a los datos de la experiencia. Frente al positivismo reinante, que reduce el Derecho a un conjunto de normas, Lois sostenía que el Derecho se compone, además, de un plus por concretar consistente en ciertos razonamientos o investigaciones jurídicas. De todas suertes, como el razonamiento lógico impide, por su propia esencia, obtener en la conclusión algo que no estuviera precontenido en las premisas, no cabe llegar por simples inferencias lógicas a la resolución de casos que no figuren de antemano entre los previstos.

Para la teoría tradicional, el Derecho y la lógica son incompatibles: si se es fiel a la lógica, hay que ser infiel al fin del Derecho. Para Lois, en cambio, la lógica sirve para garantizar el juego limpio del pensamiento, su perfecta coherencia y fidelidad a sí mismo. En este sentido, tiene razón Holmes al afirmar que: "La vida del Derecho no ha sido lógica, ha sido experimental". El aludido Holmes forma parte de la corriente del pragmatismo americano, para la cual los jueces –para la resolución de un determinado caso- consideraban primero lo que era justo, y después buscaban la norma adecuada que amparase la conclusión a la que ya habían llegado de antemano. Haciendo uso de un simple juego de palabras, puedo afirmar que la tesis del pragmatismo americano opera de forma inversa a la formulación lógica de Lois, ya que éste parte de una premisa para sacar, por deducción lógica, una consecuencia.

En su día, el pragmatismo obtuvo duras críticas de otros filósofos, los cuales imaginaban los peligros de prescindir de la metafísica. Si el pragmatismo se impusiese –escribió Bertrand Russel- los acorazados y los cañones Maxim deberían ser los árbitros últimos de la verdad metafísica. Estas ideas representan el núcleo esencial del pensamiento del Profesor. Sería imposible, en los estrechos límites de un artículo, hacer una síntesis de las teorías más brillantes que formuló en las múltiples disciplinas en las que consiguió destacar a lo largo de su vida, tales como el Derecho procesal, la economía política, la hacienda pública, el Derecho político, el Derecho natural, etc. En el ámbito jurídico, no podemos dejar de mencionar su original concepción sobre la

naturaleza del proceso, que ejerció gran influencia en los procesalistas italianos; así como sus ideas sobre la economía en relación con el Derecho, las cuales lo sitúan como precursor de Hayek. Sus inquietudes en el ámbito científico lo llevaron a destacar en especialidades como la astronomía, bajo la dirección del inolvidable Don Ramón María Aller.

En su faceta docente, se esforzó por despertar en sus alumnos un profundo espíritu crítico, así como el amor por la investigación. Solía decir que los autores suelen presentar sus obras como un todo acabado y poco menos que irrefutable. Nada más lejos de la realidad. Para él existían pocas verdades indiscutibles.

Tuve el privilegio de realizar durante todo un curso un trabajo de investigación bajo su magistral dirección. Y más importante que las enseñanzas que recibí fue el poder llegar a conocer su excepcional categoría humana e intelectual, cuyo recuerdo perdurará durante toda mi vida.

Como amante de la verdad, no podía dejar de ser un hombre esencialmente libre. Y esta faceta la ejercitó con una enorme valentía, ocasionándole en numerosas ocasiones grandes sinsabores e ingratitudes. Pero su excepcional personalidad estaba por encima de todo eso. Unos versos de su también inolvidable cuñado, Don Álvaro D´Ors, representan un resumen de lo que fue su vida: "el que cuida de lo pequeño es grande; el que sólo lo grande, pequeño" ("Qui et parva curat, magnus/qui magna tantum, parvus").

Constituye Lois Estévez, sin duda, una de las figuras jurídicas e intelectuales más importantes del Siglo XX, y así ha sido considerado –como suele ocurrir- en diversos países extranjeros, mientras que en España no obtuvo en todos los ámbitos el reconocimiento que merecía. En él se conjugaban aquellas cualidades que el genial Ludwig van Beethoven consideraba como propias de los espíritus más egregios: "Amar la libertad sobre todas las cosas, hacer todo el bien posible y no traicionar jamás la verdad, aun cuando fuera por un trono".

 

REGISTRADOR DE LA PROPIEDAD.

Mi colaboración dentro del ejercicio de mi profesión como Registrador de la Propiedad queda reflejada en los artículos que transcribimos a continuación EN LA Revista del Ilustre Colegio de Registradores de las Propiedad de España.